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Digitalización, sostenibilidad… estas, o cualquiera de sus variantes (IA, TICs o tecnología, por un lado; desarrollo sostenible, cambio climático, diversidad… por el otro). Resulta imposible concebir el discurso de cualquier CEO o presentación de un plan estratégico corporativo sin mencionar una o ambas.
Digitalización y sostenibilidad, hermanas gemelas que ¿se llevan bien?

Digitalización y sostenibilidad, las llamadas “twin transitions”, transiciones gemelas, por la Comisión Europea, por tratarse de dos transiciones que sí o sí hay que incorporar para reforzar la competitividad y abordar con éxito los retos a los que nos enfrentamos. Hermanas gemelas, pero ¿de las que se llevan bien o menos bien?

La digitalización es la hermana “favorita”… sus beneficios a corto plazo son más evidentes, así que recibe financiación con más facilidad. La sostenibilidad, en cambio, requiere de inversiones con una maduración a medio y largo plazo. ¡Y encima se la acusa de ser “ideológica”!

Hay 5 ámbitos en los que estas dos gemelas tienen puntos de fricción…. que terminan resolviendo “como hermanas”.

El primero de estos ámbitos es el impacto ambiental.

Hay infinidad de datos que ilustran que las TICs no son neutras desde el punto de vista ambiental. Según Greenpeace, la huella de todo el tráfico digital es equivalente al 7% del consumo de electricidad mundial, generando el 2% de las emisiones globales de CO2 (como la aviación civil). Y con la actual tasa de crecimiento, la huella global de carbono de estas tecnologías representaría el 14% en 2040. Pero, además del impacto climático, tenemos el impacto hídrico derivado del agua necesaria para la refrigeración de los equipos informáticos.

Y hasta aquí la parte del software, porque si nos centramos en el hardware tenemos, al menos, dos asuntos de gran impacto. Por un lado, la basura tecnológica, equivalente a 50.000 toneladas al año. Y otro impacto, y no menor, el derivado de la extracción de algunos minerales necesarios para la fabricación de equipos (litio, coltán, etc). No solo porque su extracción tenga un impacto ambiental, que también, sino porque su explotación minera está concentrada, en muchos casos, en países con umbrales muy bajos de derechos laborales y con potencial violación de los derechos humanos.

Pero, frente a estos impactos, las TICs reaccionan con dos palancas:

  • GreenTech, es decir, resolviendo o gestionando los impactos negativos que la digitalización provoca. Por ejemplo, utilizando energías verdes y renovales para su funcionamiento y refrigeración o trasladando los servidores a zonas frías para reducir las necesidades de refrigeración. E incluso utilizando el calor emitido para calentar agua. O migrando a “la nube”, mucho más eficiente en términos ambientales.
  • Tech4Green, cuando la digitalización actúa de catalizador y facilitador de la sostenibilidad para el resto de industrias y sectores. Algunos ejemplos: facilitando la captura, medición y, por tanto, gestión de la información; facilitando la trazabilidad de la cadena de suministro, particularmente relevante en lo que respecta a la medición de las emisiones de alcance 3; midiendo consumos y, por tanto, facilitando la eficiencia energética, hídrica y del resto de consumos.

Segundo ámbito de “fricción” entre la digitalización y la sostenibilidad: sesgos vs inclusión.

La digitalización se construye sobre algoritmos que reproducen sesgos, con impactos negativos en, por ejemplo, la concesión de préstamos o la contratación de personal, entre otros. También acentúa la brecha tecnológica… que además no es neutra desde el punto de vista de género, dada la baja presencia de mujeres en profesiones STEM.

Pero, por otro lado, la digitalización permite, precisamente, detectar sesgos excluyentes en el lenguaje, medir de manera objetiva (y sin sesgos) el desempeño laboral. También permite la adaptación de productos y servicios a las necesidades especiales de algunos grupos vulnerables. La digitalización, sin duda, facilita la inclusión.

Tercer ámbito de “fricción”: privacidad vs accesibilidad.

La digitalización da cuerpo a ese “Gran Hermano” que todo lo ve, todo lo escucha, todo lo sabe… Pero, por otro lado, permite abaratar y ampliar el alcance de servicios (por ejemplo, de educación, de ocio, etc.). Y en cuanto a la información, es indudable que permite diagnósticos más ajustados y precisos. Otro punto a favor de la sostenibilidad y los derechos de las personas.

Cuarto ámbito de “fricción”: fraude vs ética

La digitalización es el campo de las fake news, desinformación, manipulación, anonimato que exime de responsabilidades, máquinas tomando decisiones autónomamente…. ese mundo “Therminator” que nos espanta. Pero la digitalización es un aliado de la ética en cuanto que facilita la gestión de riesgos, la trazabilidad (blockchain, por ejemplo), la transparencia, la detección de fraudes, etc. En definitiva, es una herramienta fundamental para el cumplimiento y la rendición de cuentas.

Quinto ámbito de “fricción”: destrucción vs aportación de valor

Sí, la digitalización amenaza muchos empleos. El World Economic Forum anticipa que 75 millones de empleos se evaporarán, …. pero que el saldo neto en el empleo será positivo. Nuevos negocios, nuevos mercados, nuevas necesidades, más productividad, más tiempo libre, etc. El saldo neto sí parece positivo, ¿no? Aunque los procesos de destrucción y creación no estén sincronizados.

Repasando este texto percibo que hay una palabra que se repite con frecuencia: facilitar. Pues eso: la digitalización facilita, es aliada de la sostenibilidad. Hay que apostar por el despliegue de ese potencial facilitador.

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