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Recientemente, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas emitió un comunicado alarmante sobre la creciente crisis de malnutrición en África Occidental y Central. Según este informe, la situación ha alcanzado niveles críticos, especialmente entre los niños menores de cinco años. Se estima que aproximadamente 16,7 millones de estos niños sufren de malnutrición aguda. Además, más de dos tercios de los hogares en la región tienen dificultades para acceder a una dieta nutritiva y equilibrada. Es preocupante que ocho de cada 10 niños de entre seis y 23 meses no estén recibiendo los alimentos esenciales para su óptimo crecimiento y desarrollo.
El hambre no da tregua en África

La crisis de falta de alimentos en el continente africano se agrava cada vez más, especialmente en África Occidental y Central. Según un comunicado oficial emitido el pasado viernes 12 de abril por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, casi 55 millones de personas se enfrentan a una mayor escasez alimentaria y nutricional durante los tradicionales tres meses de escasez que experimenta la región cada año, de junio a agosto.

Los datos son alarmantes, ya que representan un aumento de cuatro millones en el número de personas que actualmente sufren inseguridad alimentaria en esta región. Mali es uno de los países más afectados, donde se estima que unas 2600 personas están experimentando niveles catastróficos de hambre, clasificados como fase 5 según el Índice de Clasificación de Alimentos de la CIF.

Las turbulencias económicas, como la disminución de la producción, la devaluación de la moneda, el aumento de la inflación y las barreras comerciales, han agravado la crisis alimentaria en países como Nigeria, Ghana, Sierra Leona y Mali. Estos desafíos económicos, junto con los altos costos de combustible y transporte, las sanciones impuestas por la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) y las restricciones en los flujos de productos agropecuarios, han contribuido a un aumento significativo en los precios de los cereales básicos en toda la región, con un incremento de más del 100% en los últimos cinco años.

La producción de cereales para la temporada agrícola 2023-2024 ha registrado un déficit de 12 millones de toneladas hasta la fecha, mientras que la disponibilidad de cereales por persona ha disminuido un 2% en comparación con la última temporada agrícola de la región. Actualmente, África Occidental y Central dependen en gran medida de las importaciones para satisfacer las necesidades alimentarias de la población, pero las dificultades económicas han aumentado el costo de estas importaciones.

"El momento de actuar es ahora. Necesitamos que todos los socios den un paso adelante, se comprometan, adopten e implementen programas innovadores para evitar que la situación se descontrole y garantizar que nadie se quede atrás", declaró Margot Vandervelden, directora regional en funciones del PMA para África Occidental. El comunicado oficial del PMA también revela que la malnutrición en África Occidental y Central ha alcanzado niveles críticos, con 16,7 millones de niños menores de cinco años sufriendo malnutrición aguda. Además, más de dos tercios de los hogares tienen dificultades para acceder a una dieta saludable, y ocho de cada 10 niños de entre seis y 23 meses carecen del consumo de alimentos esenciales para un óptimo crecimiento y desarrollo.

¿Qué soluciones plantear?

Para abordar esta crisis alimentaria en África Occidental y Central, es crucial adoptar soluciones sostenibles centradas en el desarrollo. Organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) instan a los gobiernos nacionales, las organizaciones internacionales, la sociedad civil y el sector privado a colaborar en la implementación de medidas que fortalezcan la seguridad alimentaria y aumenten la productividad agrícola.

Estas soluciones deben abordar no solo la falta de alimentos, sino también los efectos adversos de la volatilidad económica. Es esencial que los gobiernos y el sector privado trabajen en conjunto para garantizar el derecho humano a la alimentación para todos los habitantes de la región.

UNICEF y el PMA tienen planes para expandir los programas nacionales de protección social a países como Chad y Burkina Faso, aprovechando el éxito experimentado en Senegal, Malí, Mauritania y Níger, donde millones de personas se han beneficiado de estos programas. Además, la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el PMA están colaborando en toda la región del Sahel para mejorar tanto la productividad agrícola como el acceso a alimentos nutritivos, a través de programas diseñados para fortalecer la resiliencia de las comunidades afectadas.

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