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La Comisión Económica para América Latina y el Caribe celebró en Panamá el segundo foro anual sobre defensores de los Derechos Humanos en asuntos ambientales con el propósito de compartir experiencias y buenas prácticas en la promoción, prevención y protección de esas personas, cuyo trabajo es crucial para la sociedad en el contexto del cambio climático.
La CEPAL insta a los gobiernos latinoamericanos a proteger a defensores de DD.HH

Las y los defensores de los Derechos Humanos y el medio ambiente son individuos, grupos u organizaciones que se dedican a proteger y promover los derechos fundamentales de las personas y a preservar y proteger el medio ambiente. Estas dos áreas están estrechamente relacionadas, ya que los efectos negativos en el medio ambiente pueden tener graves consecuencias para los derechos humanos, especialmente para las comunidades vulnerables.

En un contexto como el actual, atravesado por la crisis climática, el rol de las y los defensores de Derechos Humanos es cada vez más importante y, al mismo tiempo, los riesgos a lo que están expuestos son cada vez mayores. Ante esto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), impulsó un foro sobre la importancia del trabajo de esos activistas y llamó a garantizar que puedan desempeñarlo en un entorno seguro. Los participantes pidieron un plan de acción que reconozca la diversidad de los defensores, a menudo integrantes de grupos discriminados o marginados, como los indígenas y afrodescendientes.

Panamá fue la sede del segundo foro anual sobre defensores de los derechos humanos en asuntos ambientales con el propósito de compartir experiencias y buenas prácticas en la promoción, prevención y protección de esas personas, cuyo trabajo es crucial para la sociedad en el contexto del cambio climático. Durante la reunión de dos días también se llevan a cabo consultas y discusiones para elaborar un plan de acción que se presentará en la tercera reunión de la Conferencia de las Partes del Acuerdo de Escazú en abril de 2024. Los participantes en el cónclave -que incluyen a altos funcionarios de gobiernos latinoamericanos y de organizaciones internacionales, y a activistas de la región-, subrayaron que los defensores ambientales son muy diversos y abogaron por que el plan de acción reconozca esa diversidad.

Los expertos participantes del foro advirtieron que las y los defensores del medio ambiente viven diferentes realidades, un buen número de ellos son integrantes de comunidades que padecen discriminación y desigualdades sin que eso los detenga en la protección de sus territorios, culturas, sustentos y formas de vida. Tal es el caso de los pueblos indígenas y afrodescendientes, destacaron los asistentes al foro. Es preciso aclarar que las actividades de los defensores de Derechos Humanos y medio ambiente pueden incluir:

  1. Promoción de derechos: Trabajan para garantizar que todas las personas gocen de sus derechos fundamentales, como la libertad de expresión, la igualdad, la justicia y la no discriminación. Pueden abogar por leyes y políticas que protejan estos derechos.
  2. Protección del medio ambiente: Se esfuerzan por conservar y proteger los ecosistemas, la biodiversidad y los recursos naturales. Esto puede incluir la lucha contra la deforestación, la contaminación del agua y del aire, la promoción de energías limpias y la mitigación del cambio climático.
  3. Defensa de comunidades: Muchos defensores de derechos humanos y medio ambiente trabajan en estrecha colaboración con comunidades locales que se ven afectadas por actividades dañinas para el medio ambiente o que enfrentan violaciones de sus derechos. Los apoyan en la lucha por la justicia y la protección de sus tierras y recursos.
  4. Monitoreo y denuncia: Realizan investigaciones y recopilan pruebas de abusos contra los derechos humanos y el medio ambiente. Luego, denuncian públicamente estas violaciones para crear conciencia y presionar a las autoridades y a las empresas responsables.
  5. Educación y concienciación: Trabajan para aumentar la conciencia pública sobre cuestiones de derechos humanos y medio ambiente, informando a la gente sobre los desafíos que enfrentamos y cómo pueden contribuir a solucionarlos.
  6. Litigio estratégico: En algunos casos, recurren a acciones legales para defender los derechos humanos y el medio ambiente. Esto puede incluir demandas contra empresas que contaminan, gobiernos que violan derechos o proyectos que amenazan ecosistemas críticos.
  7. Campañas de sensibilización: Organizan campañas y protestas pacíficas para presionar a las autoridades y a las empresas a tomar medidas para proteger el medio ambiente y los derechos humanos.

En la primera jornada de discusiones, los participantes llamaron a los Estados y gobiernos de la región a reforzar la protección de los defensores ambientales y a garantizar un entorno seguro y propicio para que los defensores ambientales desempeñen su importante labor.

La importancia del Acuerdo de Escazú.  El foro también tuvo el objetivo de destacar la relevancia del Acuerdo de Escazú como instrumento para garantizar la democracia, la protección del medio ambiente, el estado de derecho, el desarrollo sostenible y la defensa de las personas y grupos en situación de vulnerabilidad. En ese sentido, el encargado de la Secretaría del Acuerdo de Escazú y jefe de la Desarrollo Sostenible de la CEPAL, Carlos de Miguel, dijo que ese acuerdo representa un gran avance ambiental para la región, aunque agregó que hay situaciones muy complejas que requieren de soluciones urgentes “que muchas veces no llegan”. Cabe destacar que el Acuerdo de Escazú es el primer acuerdo ambiental de América Latina y versa sobre derechos humanos en asuntos ambientales. Además es el primer pacto internacional con disposiciones específicas y concretas sobre defensores de los derechos humanos en asuntos ambientales.

Marcelo Cousillas, director de Asesoría Jurídica del Ministerio de Ambiente de Uruguay, señaló que para implementar esas disposiciones es necesario contar con el plan de acción y recordó que uno de los objetivos del foro es aportar, encontrar y proponer los mecanismos que regirán esa hoja de ruta. Los participantes coincidieron en que ningún activista o ministerio por sí solo puede resolver los problemas ambientales de un país, por lo que se precisa trabajar en colaboración entre gobiernos y organizaciones mundiales. “La destrucción de nuestros ecosistemas es muy acelerada, más allá de la respuesta que estamos dando todos los gobiernos, y el cambio climático ha agravado esto”, concluyó uno de los oradores.

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