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Recientemente se ha dado a conocer esta cifra que plantea complejos vínculos entre el desarrollo, la pobreza y el cambio climático. En este escenario, António Guterres advirtió que el mundo debe unirse para promover el desarrollo sostenible y los derechos humanos para todas las personas.

La población continúa creciendo, a la par de los problemas económicos, sociales y medioambientales. Lo cual supone un gran desafío para los líderes políticos. Los enormes avances en la esfera de la salud que han reducido la mortalidad y aumentado la esperanza de vida han permitido que el mundo llegue a los 8000 millones de habitantes; sin embargo, junto a este progreso ha crecido la desigualdad, y las crisis y los conflictos se han multiplicado.

Ayer, 15 de noviembre, se dio a conocer la cifra aproximada de la población mundial: 8.000 millones de habitantes. El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres consideró que el número es un llamado de atención para que la humanidad mire más allá de los números y cumpla con su responsabilidad compartida de proteger a las personas y al planeta, comenzando por los más vulnerables. En este sentido, el responsable de la ONU llamó a cambiar el rumbo por medio de una solidaridad que promueva el desarrollo sostenible y garantice el goce de los derechos humanos sin dejar a nadie atrás. Así se podrá dar inicio a un mundo en el que 8000 millones de personas puedan prosperar. Al respecto afirmó: “A menos que superemos el enorme abismo entre los ricos y los pobres, nos estamos preparando para un mundo de 8000 millones de habitantes lleno de tensiones y desconfianza, crisis y conflictos”.  

Junto con esta cifra, se dieron a conocer algunos datos interesantes que aportan gran información a la hora de proyectar políticas públicas:

  • La población mundial tardó unos 12 años en pasar de 7000 a 8000 millones, pero se prevé que los próximos 1000 millones tarden unos 14,5 años (2037), lo que refleja la ralentización del crecimiento mundial.
  • Se espera que la población mundial alcance un pico de unos 10.400 millones de personas durante la década de 2080 y que se mantenga en ese nivel hasta 2100.
  • Alrededor del 70% de la población añadida de los 7000 a los 8000 millones se encuentra en países de renta baja y media-baja. Para parda el aumento de 8000 a 9000 millones, se espera que estos dos grupos de países representen más del 90% del crecimiento mundial.
  • De aquí a 2050, el aumento mundial de la población menor de 65 años se producirá íntegramente en los países de renta baja y media-baja, ya que el crecimiento de la población en los países de renta alta y media-alta se producirá únicamente entre los mayores de 65 años.

Las proyecciones también indican que la población mundial seguirá creciendo hasta alcanzar los 10.400 millones en la década de 2080, lo que muestra que la tasa general de crecimiento se está desacelerando. Los países registran tendencias demográficas diferentes que van desde el crecimiento hasta el declive. Un dato importante para poder hacer un análisis más preciso de los datos recientemente conocidos es que, actualmente, dos tercios de la población mundial vive en un entorno de baja fecundidad, con menos de 2,1 nacimientos por mujer. En cambio, el crecimiento de la población se concentra cada vez más entre los países más pobres del mundo, la mayoría de ellos en África subsahariana.

Por su parte, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) señaló que si bien llegar a 8.000 millones de habitantes ilustra una historia de éxito para la humanidad, también plantea preocupaciones sobre los vínculos entre el crecimiento de la población, la pobreza, el cambio climático y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Expertos del organismo manifestaron que el rápido crecimiento demográfico dificulta la erradicación de la pobreza, la lucha contra el hambre y la desnutrición y el aumento de la cobertura de los sistemas de salud y educación.

Siguiendo esta misma línea, al referirse a la relación entre población, cambio climático y degradación ambiental, el Fondo destacó que aunque un crecimiento demográfico más lento ayudaría mitigarla, no será suficiente en tanto no se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero. En este punto recordó que los países con las tasas más altas de consumo y emisiones son aquellos donde el crecimiento demográfico ya es lento o incluso negativo, mientras que la mayor parte del crecimiento de la población mundial ocurre en los países más pobres, que tienen tasas de emisiones significativamente más bajas, pero que sufren de manera desproporcionada los efectos del cambio climático.

Finalmente, la directora ejecutiva de la agencia, Natalia Kanem, recalcó que aunque 8000 millones sea un parteaguas, centrarse sólo en los números distrae del verdadero desafío del mundo: que el progreso sea equitativo y sostenible. Y para ello, prosiguió, se deben adecuar las políticas según el país. Para el diseño de soluciones a la desigualdad hace falta una mayor inversión de los Estados y los gobiernos donantes en políticas y programas orientados a que el mundo sea más seguro, sostenible e inclusivo.

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