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¿Cómo lograr una transición energética ordenada? McKinsey & Company propone algunas claves para lograrlo. Mientras se llevan a cabo los debates más urgentes en materia climática en Glasgow, un grupo de expertos de la consultora internacional analiza algunos puntos centrales para abordar la crisis climática.
Nueve requisitos fundamentales para resolver la ecuación cero neto

La cuestión medio ambiental ha coptado la agenda mediática. Son semanas decisivas para el rumbo del planeta ya que los líderes del mundo entero se encuentran debatiendo en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26). No caben dudas sobre la necesidad urgente de abordar la inminente crisis climática.

A pesar de los avances, aún queda camino a recorrer para alcanzar los objetivos de emisiones cero neto. Pasar del compromiso a la acción no será tarea fácil, en este escenario,  un informe realizado por la consultor internacional McKinsey ha identificado cinco razones principales que explican la complejidad de abordar las emisiones cero neto: En primer lugar, el aumento requerido del gasto en activos físicos (tanto gastos de capital como gastos de consumo en bienes duraderos) para llegar a cero neto en 2050 es sustancial. McKinsey estima que este gasto representa un aumento de alrededor del 60 por ciento en relación con la situación actual (aproximadamente USD 5,7 billones a USD 9,2 billones anuales)

En segundo lugar, la transición exige una acción colectiva y global y conlleva opciones difíciles. Los expertos afirman que es probable que los efectos del cambio climático y de cualquier efecto a corto plazo de la transición climática sean regresivos y afecten más duramente a las comunidades y poblaciones más pobres. Las partes interesadas tendrían que actuar cuanto antes, este es la tercer razón que explica la dificultad de avanzar hacia las emisiones cero neto: el desafío es que existen tanto compensaciones percibidas como reales entre la obtención de emisiones cero netas en el futuro y la captura de oportunidades de crecimiento en la actualidad

En cuarto lugar, la investigación sostiene que cumplir con estos requisitos implicaría modificar las prácticas empresariales Hasta el momento, ha resultado difícil de lograr modificar estos patrones y superar la inercia prevaleciente (sin beneficios inmediatos que necesariamente resulten diferenciados para quienes hacen los cambios). Por último, el papel central de la energía en toda la actividad económica y las consecuencias que las disrupciones en los mercados energéticos pueden acarrear ponen de relieve la importancia de una transición ordenada. 

Alcanzar el cero neto es, en esencia, resolver una ecuación que equilibra las fuentes y los sumideros de emisiones reduciendo en la mayor medida posible las emisiones de GEI y aumentando al mismo tiempo los almacenes de GEI para eliminar las emisiones restantes de la atmósfera. Esto sería la "ecuación de cero neto". En realidad, se trata de un sistema de ecuaciones, pues la ecuación de las emisiones va acompañada de un capital y una ecuación laboral; la demanda de capital y mano de obra en una economía neta de cero debe coincidir con la oferta, en el tiempo y entre regiones

El tamaño del desafío es igualmente proporcional a la necesidad de resolverlo. Por esto, el documento publicado por McKinsey propone nueve requisitos fundamentales para resolver la ecuación cero neto. Se trata de un marco holístico para hacerlo, donde todos los actores involucrados en los sectores público, privado y social deberán desempeñar un rol si se quieren cumplir:

  1. Componentes físicos que abarcan (1) la innovación tecnológica que puede acelerar la transición y será esencial para reducir las emisiones globales y ayudar al mundo a lograr emisiones netas cero, (2) la capacidad de crear cadenas de suministro a escala y apoyar la infraestructura. Para facilitar y desplegar las tecnologías necesarias será necesario, a su vez, aumentar la capacidad de producción y distribución y crear cadenas de suministro globales, y (3) la disponibilidad de los recursos naturales necesarios (materias primas, la tierra y el agua)
  2. Ajustes económicos y sociales, que comprenden (4) estructuras efectivas de reasignación y financiación de capital. Según nuestra estimación actual, el escenario neto cero para 2050 implicaría un gasto en activos físicos de 9,2 miles de millones de dólares al año en sistemas de uso de energía y tierra hasta 2050. Esto representa 3,5 miles de millones de dólares más que el gasto anual actual en estas áreas, todo lo cual tendría que ser gastado en el futuro en activos de bajas emisiones. (5) gestión de los cambios en la demanda y aumentos de los costes unitarios a corto plazo, y (6) mecanismos de compensación para hacer frente a los
    impactos socioeconómicos. Una combinación de la caída de la demanda de productos con altas emisiones de carbono y la creciente demanda de productos con bajas emisiones de carbono resultaría en la reasignación de mano de obra entre empresas, sectores y potencialmente incluso geografías.
  3. Gobernanza, instituciones y compromiso, conformados por (7) estándares rectores, mecanismos de seguimiento y mercado, e instituciones efectivas, (8) compromiso y colaboración entre líderes del sector público, privado y social a nivel global; y (9) apoyo de ciudadanos y consumidores, ya que para lograr una ruta de 1,5 °C, los comportamientos de consumo probablemente tendrían que cambiar, por ejemplo, cambiando a vehículos eléctricos, renovando o acondicionando hogares o reduciendo las emisiones de carbono de otras maneras significativas, como comer menos carne o reducir los viajes.

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