La cuestión medio ambiental ha coptado la agenda mediática. Son semanas decisivas para el rumbo del planeta ya que los líderes del mundo entero se encuentran debatiendo en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26). No caben dudas sobre la necesidad urgente de abordar la inminente crisis climática.
A pesar de los avances, aún queda camino a recorrer para alcanzar los objetivos de emisiones cero neto. Pasar del compromiso a la acción no será tarea fácil, en este escenario, un informe realizado por la consultor internacional McKinsey ha identificado cinco razones principales que explican la complejidad de abordar las emisiones cero neto: En primer lugar, el aumento requerido del gasto en activos físicos (tanto gastos de capital como gastos de consumo en bienes duraderos) para llegar a cero neto en 2050 es sustancial. McKinsey estima que este gasto representa un aumento de alrededor del 60 por ciento en relación con la situación actual (aproximadamente USD 5,7 billones a USD 9,2 billones anuales)
En segundo lugar, la transición exige una acción colectiva y global y conlleva opciones difíciles. Los expertos afirman que es probable que los efectos del cambio climático y de cualquier efecto a corto plazo de la transición climática sean regresivos y afecten más duramente a las comunidades y poblaciones más pobres. Las partes interesadas tendrían que actuar cuanto antes, este es la tercer razón que explica la dificultad de avanzar hacia las emisiones cero neto: el desafío es que existen tanto compensaciones percibidas como reales entre la obtención de emisiones cero netas en el futuro y la captura de oportunidades de crecimiento en la actualidad
En cuarto lugar, la investigación sostiene que cumplir con estos requisitos implicaría modificar las prácticas empresariales Hasta el momento, ha resultado difícil de lograr modificar estos patrones y superar la inercia prevaleciente (sin beneficios inmediatos que necesariamente resulten diferenciados para quienes hacen los cambios). Por último, el papel central de la energía en toda la actividad económica y las consecuencias que las disrupciones en los mercados energéticos pueden acarrear ponen de relieve la importancia de una transición ordenada.
Alcanzar el cero neto es, en esencia, resolver una ecuación que equilibra las fuentes y los sumideros de emisiones reduciendo en la mayor medida posible las emisiones de GEI y aumentando al mismo tiempo los almacenes de GEI para eliminar las emisiones restantes de la atmósfera. Esto sería la "ecuación de cero neto". En realidad, se trata de un sistema de ecuaciones, pues la ecuación de las emisiones va acompañada de un capital y una ecuación laboral; la demanda de capital y mano de obra en una economía neta de cero debe coincidir con la oferta, en el tiempo y entre regiones
El tamaño del desafío es igualmente proporcional a la necesidad de resolverlo. Por esto, el documento publicado por McKinsey propone nueve requisitos fundamentales para resolver la ecuación cero neto. Se trata de un marco holístico para hacerlo, donde todos los actores involucrados en los sectores público, privado y social deberán desempeñar un rol si se quieren cumplir: