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Así lo advierte el “Informe mundial sobre crisis alimentarias”, publicado por la Red Mundial contra las Crisis Alimentarias, fundada por las Naciones Unidas y la Comisión Europea. Según la investigación la situación es realmente crítica, concretamente: 281,6 millones de personas en 59 países se ven gravemente afectadas por la inseguridad alimentaria aguda.
Aumenta de forma alarmante la inseguridad alimentaria en el mundo entero

Las múltiples crisis que actualmente enfrenta nuestra sociedad tienen un impacto desproporcionado en las comunidades más vulnerables. Recientemente, se han divulgado los resultados del "Informe Mundial sobre Crisis Alimentarias", emitido por la Red Mundial contra las Crisis Alimentarias, una coalición respaldada por las Naciones Unidas y la Comisión Europea. Según este informe, en el año 2023 se ha registrado un alarmante incremento en los niveles de inseguridad alimentaria aguda a nivel mundial, afectando a 281.6 millones de personas, lo que representa el 21.5% de la población analizada en 59 países.

El informe presenta datos preocupantes: el número de personas que sufren de hambre en el mundo ha aumentado por quinto año consecutivo, subrayando la urgencia de alcanzar la meta de erradicar la inseguridad alimentaria aguda para el año 2030. En regiones afectadas por conflictos, como la Franja de Gaza y Sudán, donde la población en situación de emergencia alimentaria ha alcanzado niveles críticos, las crisis alimentarias se han intensificado.

El equipo de investigación responsable del estudio identifica tres principales desencadenantes de las crisis de hambre: los conflictos, que afectan a 20 países y dejan a 135 millones de personas en situación de hambre; los fenómenos climáticos extremos, responsables del hambre de aproximadamente 57 millones de personas; y los impactos económicos, que conducen al hambre de 75 millones de personas en 18 países.

Las mujeres y los niños son los más afectados por estas crisis de hambre, con más de 36 millones de menores de cinco años gravemente desnutridos en 32 países, según agencias de la ONU. Además, el informe señala que la desnutrición aguda ha empeorado en 2023, especialmente entre las personas desplazadas por conflictos y desastres. Por ello, insta a adoptar estrategias que fusionen la paz, la prevención y el desarrollo con la acción humanitaria de emergencia a gran escala, para romper el ciclo de la aguda hambruna que persiste en niveles inaceptablemente altos.

Entre las crisis alimentarias más graves, se destacan los casos de Gaza y Sudán, donde, según Gian Carlo Cirri, director del Programa Mundial de Alimentos en Ginebra, "la gente está claramente muriendo de hambre". Esta afirmación refuerza las reiteradas advertencias de diversos expertos en seguridad alimentaria que han alertado sobre la inminencia de la hambruna en el norte de Gaza, afectado por los conflictos con Israel, pronosticada para ocurrir "en cualquier momento" entre ahora y mayo de 2024.

"Sudán enfrenta una de las crisis humanitarias más severas del mundo", declara Samy Guessabi, director de Acción contra el Hambre en Sudán. "El último conflicto ha obligado a 8.2 millones de personas a huir de sus hogares y a tomar rutas peligrosas para escapar de la guerra. Innumerables familias en todo Sudán, así como personas refugiadas en países vecinos, carecen de alimentos y refugio. Casi 18 millones de personas se encuentran en situación de inseguridad alimentaria aguda, y se estima que 4.86 millones de personas (el 10% de la población) sufren de desnutrición aguda. Sin una asistencia urgente para salvar vidas, muchas personas podrían perecer. Sin embargo, solo se ha cubierto el 5% de las necesidades, lo que deja a muchos sudaneses con un futuro incierto y desolador".

Por otro lado, en América Latina y el Caribe, 19.7 millones de personas enfrentaron niveles altos de inseguridad alimentaria en nueve países durante 2023. Colombia, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua y Perú se encuentran entre las naciones afectadas. Las personas en situación de hambre en Colombia, Perú y Ecuador incluyen a migrantes y refugiados que residen en sus territorios.

El informe detalla que los fenómenos meteorológicos extremos fueron uno de los factores más importantes en 2022, debido a El Niño, provocando precipitaciones erráticas y escasas, temperaturas más altas de lo normal, y una reducción del rendimiento de los cultivos en algunas áreas de Guatemala, Honduras y el Corredor Seco de El Salvador y Nicaragua.

Por otra parte, la disminución de las oportunidades de ingresos y el aumento de los precios de los alimentos han mermado el poder adquisitivo de las familias en la región, especialmente entre las grandes poblaciones de migrantes y refugiados, que enfrentan desafíos de integración y dependen de ingresos diarios del sector informal. Respecto a los conflictos, el informe especifica que en Haití, la violencia de pandillas en áreas urbanas ha perturbado los mercados y el movimiento de personas y bienes, obstaculizando gravemente la actividad económica y la prestación de servicios básicos. Todo esto ha dado lugar a una oferta deficiente en el mercado y a una escasez de productos esenciales, incluido el combustible, generando fuertes aumentos en los precios de los alimentos.

En este contexto, es esencial que la comunidad internacional tome medidas urgentes y coordinadas para abordar esta crisis humanitaria, proporcionando asistencia alimentaria y de subsistencia a quienes más lo necesitan y trabajando para abordar las causas subyacentes del hambre, como los conflictos.

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