Y no ha sido en el Metro ni en el Rastro de Madrid. Ha sido a plena luz del día, con luz y taquígrafos. Don Manuel Tejedor, experto en la materia, nos explica muy bien en su post los efectos que el nuevo Código de Buen Gobierno que ha realizado la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) va a tener sobre la Responsabilidad Social de las Empresas (RSE) y describe los impactos que tendrá sobre esta materia que, por cierto, se estaba muriendo.
Tejedor nos habla, entre otros, de tranparencia en los Impactos Financieros y No financieros, aquí les dejo sólo algunos de los requisitos mínimos que las empresas cotizadas tendrán que cumplir:
a) Que exista una planificación de la RSC con especificación de objetivos y asignación de recursos. La RSC se debe gestionar.
b) Que la estrategia corporativa se enfoque en la sostenibilidad, en la perdurabilidad a largo plazo (el texto separa confusamente el concepto de sostenibilidad de las cuestiones medioambientales y sociales) La RSC es estratégica.
c) Que considere prácticas concretas en cuestiones relacionadas con: accionistas, empleados, clientes, proveedores, cuestiones sociales, medio ambiente, diversidad, responsabilidad fiscal, respeto de los derechos humanos y prevención de conductas ilegales. Se deben contemplar los asuntos relevantes.
¿Qué pinta el Consejo Estatal de la RSE?
A lo que parece, nada. Se creó hace ya siete años por estas fechas. Concretamente por el Real Decreto 221/2008, 15 de febrero. Celebrábamos a bombo y platillo la creación del primer organo mutistakeholder de la Unión Europea. Siete años después, haciendo balance de este cumpleaños encontramos entre sus logros la publicación el pasado 24 de Julio de una descafeinada Estrategia Española de RSE, no un Plan Nacional como el resto de los paises de la Unión Europea, a la que la CEOE ha puesto todas las zancadillas posibles.
La CMNV ha publicado este nuevo Codigo de Buen Gobierno en dos años. Resulta paradógico, por ser suave, que en dos años, la CNMV haya hecho más por la RSE que el CERSE en 7 años.
¿Por qué no ha funcionado el CERSE?
Independientemente de las opiniones personales de cada uno de los grupos, el problema ha sido la fata de definición sobre la toma de decisiones. Si a esto le sumamos la ingente cantidad de miembros que tiene este órgano, es fácil comprender su inoperatividad. El CERSE se ha perdido en discusiones de procedimeinto sobre la toma de decisiones y el utópico consenso. La CNMV se puso un objetivo y lo ha terminado. El CERSE se ha liado en su naturaleza jurídica: Es un órgano consultivo, no otra cosa.
Aun así dentro de este órgano consultivo hay gente a la que no le interesa una Estrategia de RSE con presupuestos, objetivos claros y definidos..etc etc etc. Esperábamos una estrategia que comprometiera a algo a las Organizaciones (Empresas, Administraciones Púbicas, ONG, Sindicatos), pero la CNMV se ha adelantado, y ha tomado las riendas de la situación.
Y ahora.... ¿Qué espacio le queda al CERSE?
El CERSE tiene que reinventarse, no queda tiempo para más disquisiciones y juegos de palabras. A estas alturas si algo positivo se puede hacer desde el CERSE - siempre que haya consenso, claro- es hablar con la CNMV y dar su opinión y sus recomendaciones para la puesta en marcha del Código de Buen Gobierno. Como órgano consultivo le queda ejercer su función y proponer al mundo de la empresa cómo dar cumplimiento a las recomendaciones. Esas recomendaciones deben de ser la tareas de los grupos de trabajo del CERSE, y no otros.
Si no, ¿qué le queda?
