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Un cuento futurista sobre la moda sostenible 

Estas son las prendas que utilizaban hace 50 años-explicaba la guía del Museo del Traje, dirigiendo su dedo hacia la ropa que se exponía tras unos cristales- Hoy han desaparecido, sólo podemos verlas en museos como este. Ya no nos vestimos así. En aquellos tiempos, usaban prendas perecederas, de baja calidad, cuya fabricación suponía un tremendo impacto ambiental y social. Se compraban ropa, aunque no la necesitasen, había un consumo acelerado y masivo, y uno de los pasatiempos en su tiempo libre era ir de compras. Para que os hagáis una idea, os contaré que, para producir el algodón de una simple camiseta, hacían falta 2.700 litros de agua.

Estas empresas textiles emitían el 20% de las sustancias tóxicas a los ríos y mares y provocaban el 10% de las emisiones de dióxido de carbono global, debido a la deslocalización de la industria. Además de ser una industria contaminante, empleaba mano de obra de allende sus fronteras, a la que pagaba un salario injusto, fomentando una cadena de esclavitud en los países pobres. Había mujeres y niños que trabajaban de 12 a 20 horas al día sin salir de un cuarto. Por eso surgió un movimiento que se llamó Slow Fashion.

- ¿Moda lenta? -preguntó uno de los jóvenes del grupo.

-Fue un movimiento de pioneros que abogaba por hacer las cosas de otra manera-respondió la guía- Hablaban de innovación, de cambios en la producción y el consumo de ropa. Unas personas que querían algo nuevo, buscaban un despertar de los consumidores y la industria para que todo fuera más humano, menos agresivo con el planeta y más real -puntualizó con su voz clara y potente, dejando entrever un leve tono de entusiasmo - Gracias al ingenio asombroso de unos cuantos, floreció un concepto nuevo, más evolucionado, que exploraba ideas y soluciones en todo el mundo, para acabar con esos impactos glocales. Gracias a ellos hablamos de esto en pasado.

Mientras seguían la explicación de esa historia de la moda, muchas cabezas dirigían sus ojos a los cristales que protegían aquellas prendas que portaban toxicidad y dolor. Los jóvenes alumnos de la escuela de diseño iban mirando las vitrinas y alguno comentó: "entonces la humanidad se vestía con sustancias químicas adheridas a su cuerpo". La guía sonrío para sí y se dirigió a una gran pantalla.

-En está pantalla podéis ver alguna de aquellas acciones que provocaron los cambios, y qué permitieron, que hoy, la ropa que llevamos esté limpia de sustancias químicas, no contamine y se haga de una forma justa. Vosotros, futuros diseñadores, debéis conocer cómo ha sido la historia de la moda, y cómo un día, felizmente, despertamos; al principio los cambios fueron lentos, parecía que tardaría mucho en producirse, pero al final, fue más rápido de lo que ellos creían y todo se ordenó y armonizó. En este Museo se celebraron unas jornadas que se titulaban Moda +Sostenibilidad innovación = Evolución, organizadas por una plataforma que se llamaba Slow Fashion Spain, creada por una de esas pioneras de las que os hablé antes, Gema Gómez. Realizaron una serie de conferencias llenas de términos que hoy ya no utilizamos porque no los necesitamos: Ecodiseño, Economía Humanizada, Tejidos Ecológicos Certificados, Innovación en Procesos y en Ideas, Nuevos Modelos de Consumo, Mujer, Creación de Redes, etc., Querían crear nuevas formas de encarar el mundo, de contribuir al bien común por el camino de la creatividad, el ingenio y el valor para no darse por vencido.

-Al final lo lograron-dijo una chica del fondo.

-Como he dicho, fue un camino de pequeños pasos, de lucha por cada logro, pero ellos se empeñaron en dar lo mejor de sí mismos y luchar por lo que creían, era una alternativa que buscaba crear un mundo mejor. Sabían que la moda, como se entendía entonces, estaba obsoleta, y que había que inventar algo nuevo, un sistema que generará riqueza para todos, marcas, trabajadores y consumidores, y que nadie tuviera que sufrir para el beneficio de unos pocos, y con ese esfuerzo se levantaban todos los días. Hubo un doctor que dijo “Somos exploradores en busca de ampliar el espacio de las soluciones que todo diseñador ha de encontrar”. Se llamaba Manuel Quirós y hablaba de biomímesis, y, además era profesor de diseño.

Si quieres ver cómo contribuimos entre todos a que este cuento se haga realidad no te pierdas la III Jornada de Moda Sostenible que organiza Slow Fashion Spain en el Museo del Traje de Madrid los próximos 25 y 26 de abril. Un evento anual que pretende seguir despertando el interés y la acogida que lograron las pasadas ediciones. Para ello Slow Fashion Spain ha reunido a un elenco de profesionales y expertos del sector, tanto nacionales como internacionales, que debatirán sobre los caminos que debe tomar la industria de la moda sino quiere devorarse a sí misma.

¿Te parecen razones suficientes para no perderte a la jornada?

Sigue lo que se cuece en las semanas previas al evento y todos los acontecimientos en tiempo real en twitter con el hashtag #ModaSostenibleMT en @slowfashionsp y el evento en Facebook
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