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La estrella de los JJ.OO. de Berlín de 1936, además de Hitler, fue sin duda James Cleveland Owens, al que todos llamaban “Jesse”. Un negro de Ohio triunfaba en medio de los fastos racistas nazis y ante las mismas narices de Adolf Hitler. Una tarde berlinesa tuvo lugar uno de los mayores ejemplos de ética y de valor que yo conozca. Amigos, les presento a Lutz Long, saltador de longitud del III Reich.

Antes de la final de salto de longitud, el alemán Lutz Long fue llamado ante el Fuhrer y recibió indicaciones claras de que, por el bien de la nación, no sólo debería ganar a Owens, sino que debía abstenerse de todo contacto con él, debía de rechazar su conversación y limitarse a derrotarle y dejar clara su absoluta superioridad. Los ojos de todo el partido nacional-socialista, de Hitler y de toda Alemania estaban puestos en él.

Lo que hizo Luz Long aquella tarde, es para mí  un ejemplo de verdadero valor y de auténtica dignidad. Luz Long acompañó al silbado y despreciado Owens durante toda la competición. Rieron juntos, charlaron juntos, calentaron juntos y se ayudaron como si fueran dos viejos amigos.

Jesse_and_LutzLos jueces trataron de descalificar a Owens...y le llevaron al límite de quedarle solo un salto por realizar. Jesse estaba nervioso y no encontraba un punto de referencia, no lograba pillar tabla, su referencia había volado con el viento (los saltadores me entenderán). Entonces Luz Long se sacó su propio jersey y lo colocó en el suelo en el punto en el que Owens necesitaba la señal. Y le dijo: "Eh Jesse...aquí, bate aquí con la pierna derecha y todo irá bien." El resultado es conocido: Jesse Owens realizó un salto bueno, y Luz Long quedó relegado a la segunda posición. El negro había derrotado al rubio alemán, ejemplo y orgullo de la raza aria.

El estadio quedó en silencio. Hitler se levantó y se marchó para evitar tener que darle la mano y felicitar a un hombre de color. Al bajar del palco Luz Long se acercó a Jesse y se fundieron en un abrazo.

Jesse Owens declaró: "Hay que tener mucho valor para hacer lo que hizo Long aquel día. Hay que tener muy claro lo que es correcto y tener muchas agallas. Todos mis triunfos no tienen ningún mérito al lado de lo que fue capaz de enfrentarse Lutz. Todos aquellos jefazos, toda aquella gente....todo aquel desprecio... Ese es el verdadero valor."

Los dos se cartearon durante años. En 1943 Luz fue enviado a la defensa de Sicilia y allí murió.  Pero Jesse Owens no dejó pasar una sola entrevista en que no rindiera admiración a su amigo alemán.

A lo largo de nuestra vida todos sabemos lo que es correcto o incorrecto. En mayor o menor medida nos enfrentamos a decisiones como las de Long. Pero… ¿Cuántos de nosotros tenemos su claridad, valor, coherencia y dignidad? Gracias por tu ejemplo, Lutz.

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